En la industria aérea hay una frase que se repite a manera de broma, pero que deja claro por qué es un sector en el que confluyen tantos intereses: “Si quieres entrar al negocio de la aviación, primero tienes que ser multimillonario”, suele decirse.
Un CEO, refiere que los empresarios no sólo deben tener una buena cantidad de dinero para invertir, sino que deben estar conscientes de que en este glamuroso –pero turbulento– negocio, el que no cae, resbala.
Sobran ejemplos de ello en la aviación comercial mexicana. El más notable –y que además entraña presuntos fraudes y malos manejos– es el de Mexicana de Aviación, la aerolínea bandera de México que cayó en desgracia en manos de quien fue uno de los empresarios turísticos más prominentes del país: Gastón Azcárraga, hoy exiliado en Estados Unidos. En Mexicana también estuvieron involucrados Ángel Losada, Juan Gallardo, Ricardo Amtmann y Laura Diez Barroso.
Sin embargo, hay más casos en los que los multimillonarios mexicanos probaron suerte en el negocio de las aerolíneas y terminaron por salirse. El dueño de IUSA, Carlos Peralta, fundó Aerolíneas Mesoamericanas y sucumbió. Alejandro Burillo, de Grupo Pegaso, y Fernando Chico Pardo, de Asur y Promecap, también fracasaron en su intento de traer el modelo negocio de la brasileña GoL a México; mientras que Jorge Antonio Nehme –otro caso de presuntos fraudes y malos manejos– se vino abajo con Avolar. La lista sigue con otras empresas como Aviacsa, Nova Air y Aladia.
Quienes lograron sobrevivir son las empresas que hoy dominan el cielo mexicano: Aeroméxico, Volaris, Interjet y Vivaerobús. Las cuatro tienen detrás de sí a un sólido grupo de inversionistas quienes han tenido que sortear la competencia en el mercado nacional e internacional, los altos precios de la turbosina (que representa más de 30 por ciento de sus gastos de operación) y temporadas bajas como la que sobrevino a la crisis económica del 2009.
No obstante, este 2015 las aerolíneas mexicanas (y sus inversionistas) por fin vieron mejores tiempos, consecuencia de la caída de los precios del petróleo y el crecimiento del tráfico de pasajeros. De acuerdo con los datos más recientes de la Dirección General de Aeronáutica Civil, de enero a octubre del 2015 se transportaron 30 millones 497 mil 583 pasajeros, un crecimiento de 13 por ciento frente al mismo periodo del año pasado, con lo cual se alcanzaron crecimientos similares al 2007, uno de los mejores periodos para las líneas aéreas.
Aeroméxico, con su filial Connect, concentró 34 por ciento del mercado; Interjet se quedó con 24.7 por ciento de los pasajeros; Volaris con otro 24.5 por ciento y VivaAerobus con 11.7 por ciento.
Para Andrés Conesa, el CEO de Aeroméxico, fue un año casi redondo: el precio de sus títulos acumula un alza de 92 por ciento la Bolsa Mexicana de Valores; sus ingresos y flujo crecieron 9.7 y 50.8 por ciento respectivamente al cierre de octubre y su tráfico de pasajeros reportó un aumento de 9 por ciento a noviembre.
Además, este doctor en economía por el MIT, quien dirige Aeroméxico desde el 2005 –cuando aún pertenecía a la controladora estatal Cintra–, fue nombrado en junio pasado presidente del Consejo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) y se convirtió en el primer mexicano en ocupar dicho cargo.
Parte de lo que tiene a las acciones de Aeroméxico en el cielo (39.2 pesos al cierre del martes) es la intención de su socia Delta Airlines de quedarse con 49 por ciento de la aerolínea mexicana, controlada actualmente por Eduardo Tricio Haro, quien posee un 20.26 por ciento de los títulos, y por Banamex, con 16.28 por ciento. La operación, que significa un premio de 52 por ciento, no es mal vista por los inversionistas de Aeroméxico ni por el management, empezando por Conesa.
Hoy Delta posee un 4.1 por ciento de las acciones de Aeroméxico, con opción a adquirir un 8.1 por ciento adicional. Además, el fondo de pensiones de la aerolínea estadounidense detenta un 4.6 por ciento de las acciones de la firma mexicana.
El escenario ideal para Conesa, con el que podría ponerle broche de oro a su ejecución como CEO y como cabildero este 2015, sería que se le permitiera a Aeroméxico y Delta realizar una alianza para evitar que les impacte el acuerdo bilateral de cielos abiertos que se espera sea avalado por el Congreso en el 2016.
Posdata
En esta contexto, Interjet, de la familia Alemán, Volaris, encabezada por Pedro Aspe, y Vivaaerobus, del empresario Roberto Alcántara y la irlandesa Ryanair, juegan sus cartas para fortalecer su posición y evitar que otra eventual crisis eche abajo sus aspiraciones.
In the airline industry is a phrase repeated as a joke, but that makes it clear why it is a sector at the crossroads of many interests: "If you want to enter the aviation business, you must first be a billionaire", they say .
A CEO, states that employers must not only have a good amount of money to invest, but should be aware that in this glamorous-but turbulento- business, not falling, slipping.
Sobran examples in Mexican commercial aviation. The most notable-and also involves alleged fraud and bad manejos- is to Mexicana Airlines, the flag carrier of Mexico who fell from grace in the hands of who was one of the most prominent tourist entrepreneurs in the country: Gaston Azcarraga, now exiled in United States. Mexicana were also involved Angel Losada, Juan Gallardo, Ricardo Amtmann and Laura Diez Barroso.
However, there are more cases in which Mexican billionaire tried their luck in the airline business and eventually get out. IUSA owner, Carlos Peralta, founded Airlines Mesoamerican and succumbed. Alejandro Burillo, Pegasus Group, and Fernando Chico Pardo, Asur and Promecap, also failed in his attempt to bring the business model of the Brazilian goal to Mexico; while Jorge Antonio Nehme, another case of alleged fraud and bad manejos- came down with Avolar. The list goes on with other companies like Aviacsa, Nova Air and Aladia.
Those who survived are the companies that now dominate the Mexican sky: Aeromexico, Volaris, Interjet and Vivaerobús. The four have behind them a solid group of investors who have had to overcome competition in the domestic and international market, high prices of jet fuel (which represents over 30 percent of its operating expenses) and low seasons as the ensuing economic crisis of 2009.
However, this 2015 Mexican airlines (and their investors) finally saw better times following the fall of oil prices and the growth of passenger traffic. According to the latest data from the Directorate General of Civil Aviation, from January to October 2015 497 000 583 30 million passengers, an increase of 13 percent compared to the same period last year, which were transported with growths they were achieved Similar to 2007, one of the best periods for airlines.
Aeromexico Connect with its subsidiary, concentrated 34 percent of the market; Interjet remained with 24.7 percent of the passengers; Another Volaris and VivaAerobus 24.5 percent to 11.7 percent.
For Andres Conesa, the CEO of Aeromexico, was an almost year round: the price of its securities builds up 92 percent the Mexican Stock Exchange; their income and flow grew 9.7 and 50.8 percent respectively at the end of October and passenger traffic reported a 9 percent increase in November.
In addition, this doctor in economics from MIT, who heads Aeromexico since 2005, when still belonged to the state controller Cintra, was appointed last June Chairman of the International Air Transport Association (IATA, for its acronym in English ) and he became the first Mexican to hold this position.
Part of what has Aeromexico shares in the sky (39.2 pesos to close Tuesday) is the intention of its partner Delta Airlines will keep 49 percent of the Mexican airline, currently controlled by Eduardo Tricio Haro, who has a 20.26 percent of the titles, and Banamex, with 16.28 percent. The operation, which means a premium of 52 percent, is not frowned upon by investors or by the airline's management, starting Conesa.
Delta now has a 4.1 percent stake in Aeromexico, with an option to purchase a further 8.1 percent. In addition, the pension fund of the US airline holds 4.6 percent of the shares of the Mexican company.
The ideal scenario for Conesa, which could put the finishing touches on its implementation as CEO and as a lobbyist this 2015, would that be allowed to Aeromexico and Delta make an alliance to prevent them impacting the bilateral open skies agreement that expected to be endorsed by Congress in 2016.
Postscript
In this context, Interjet, the German family, Volaris, led by Pedro Aspe, and VivaAerobus, the businessman Roberto Alcantara and Ireland's Ryanair, play their cards to strengthen their position and avoid another potential crisis take down their aspirations.
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