El objetivo del multimillonario fundador y CEO de Under Armour, Kevin Plank, es nada menos que lograr que su compañía se convierta en líder en venta de ropa y equipos deportivos en Estados Unidos.
La empresa estadounidense de ropa y accesorios deportivos espera este año un nuevo cierre exitoso, después de los $3.91 mil millones (€3.5 mil millones) de ingresos estimados en 2015 (un aumento del 27% en relación con 2014) y $408 millones (€365 millones) de ganancias, según Motley Fool.
Pero lo que le ha ayudado a Plank a impulsarse y superar cualquier obstáculo fue una experiencia que vivió cuando estaba en el nivel más bajo de su vida, con solo un prototipo de su producto y ni un céntimo a su nombre.
Planks lanzó la icónica camiseta de atletismo de fibra sintética en 1996 gracias a 16.000 dólares (14.325 euros) que había acumulado en ahorros de toda la vida y después de que él y su amigo Kip Fulks, ahora OCM de Under Armour, encontraran algunos clientes colegiados y se asociaran con una empresa fabricante de textiles para iniciar el negocio.
En poco tiempo, Planks se dio cuenta que solo tenía $3.500 (3,135 euros) a su nombre, y facturas que alcanzaban los $6.000 (5,370 euros) y debían ser pagadas. Y lo que parecía una buena idea en su momento terminó siendo una decisión fatal: Tomó todo el dinero de su cuenta bancaria y se dirigió a Atlantic City en Nueva Jersey para jugarlo todo. Perdió cada centavo.
De camino a su casa en Maryland desde Atlantic City, Plank se detuvo en el peaje de Delaware Memorial Brigde para pedirle al operador que le dejase pasar sin tener que pagar. “Fue el peor momento de mi vida, tener que decirle al operador que no tenía si quiera dos dólares para pagar”, confesó en el libro “The Power of Broke (El Poder de la ruina)”, de Daymond John.
Un día después del fracasado viaje, Plank se dirigió a casa de su madre para cenar con ella y le comentó que el negocio iba muy bien, pero estaba pensando que quizás había cometido el mayor error de su vida.
Después de comer, fue hasta la oficina de correos para revisar su casillero que estaba usando para Under Armour y en su interior había un cheque de $5.700 (5,102 euros) del Instituto de Tecnología de Georgia. El director deportivo le debía un pago desde hace algún tiempo, pero Plank no esperaba que fuese suficiente dinero como para pagar las deudas.
Sobre ese tiempo, Plank comentó en una entrevista publicada en la revista Men’s Journal en 2013: “Esa fue la última vez que dudé de mi empresa” y se dijo a sí mismo “sécate las lágrimas, ponte de pie, sé un hombre, pon en marcha tú negocio y encuentra la manera de alcanzar el éxito.”
Esa experiencia le enseñó a Plank una lección fundamental y muy útil para nuevos emprendedores: “No culpes a las situaciones que se escapan de tus manos de tus fracasos.”
Ahora, él mantiene siempre una visión optimista y la transmite al equipo global de Under Armour: “Donde quiera que vayas, oirás a muchas personas hablar sobre cómo el mundo se está cayendo a pedazos. Todo el mundo es experto, pero en Under Armour quiero que la gente controle lo que sepa que puede controlar y deje lo negativo a otro tipo de personas”.
The aim of the billionaire founder and CEO of Under Armour, Kevin Plank, is nothing less than getting your company to become a leader in selling clothing and sports equipment in the United States.
The US company apparel and accessories expected this year a new successful closure, after the $ 3.91 billion (€ 3.5 billion) estimated in 2015 income (an increase of 27% over 2014) and $ 408 million (€ 365 million) profit, according to Motley Fool.
But what has helped propel Plank and overcome any obstacle was an experience he lived when he was at the lowest level of his life, with only a prototype of your product and not a penny to his name.
Planks launched the iconic shirt athletic synthetic fiber in 1996 thanks to $ 16,000 (14,325 euros) that had accumulated savings of a lifetime and after he and his friend Kip Fulks, now OCM Under Armour, find some collegiate customers and they are associated with a manufacturer of textiles to start the business.
Soon, Planks realized he only had $ 3,500 (3,135 euros) to his name, and bills that reached $ 6,000 (5,370 euros) and should be paid. And what seemed a good idea at the time ended up being a fatal decision: He took all the money from your bank account and went to Atlantic City in New Jersey to play it all. He lost every penny.
On the way to his home in Maryland from Atlantic City, Plank stopped at the toll Delaware Memorial Brigde to ask the operator to let him go without paying. "It was the worst moment of my life, having to tell the operator that did not have two dollars if you want to pay," he confessed in the book "The Power of Broke (The Power of ruin)," Daymond John.
One day after the failed trip, Plank went to her mother's house for dinner with her and said that business was fine, but I was thinking that perhaps he had made the biggest mistake of his life.
After lunch, he went to the post office to check his locker he was using to Under Armour and inside was a check for $ 5,700 (5,102 euros) from the Georgia Institute of Technology. The sporting director owed a payment for some time, but did not expect such Plank enough money to pay debts.
About that time, Plank said in an interview published in the magazine Men's Journal in 2013: "That was the last time I doubted my company" and said to himself, "dry your tears, stand up, be a man, put running your business and find ways to achieve success. "
That experience taught Plank a fundamental and very useful for new entrepreneurs lesson: "Do not blame situations that escape from your hand from your failures."
Now, he always keeps an optimistic view and transmits the global team of Under Armour: "Wherever you go, you will hear many people talking about how the world is falling apart. Everyone is an expert, but Under Armour want people to know that control what you can control and let the negative to other people. "
No hay comentarios.:
Publicar un comentario