Carlos Brito, CEO de AB InBev, es considerado uno de los mejores negociadores en su sector y su estilo de dirección es enérgico y decidido, pues considera que “si quiere sacar lo mejor de las personas, tiene que presionarlas todo el tiempo”.
Carlos Brito dice que la compañía que dirige se parece a las botellas de cerveza que vende en un sentido importante: el contenido está bajo presión.
“Si quiere sacar lo mejor de las personas, tiene que presionarlas todo el tiempo”, declaró el titular brasileño de Anheuser-Busch InBev ante un aula llena de estudiantes en la Escuela de Graduados en Administración de Empresas de Stanford en 2010.
Brito, quien tiene 55 años y es el protegido del empresario Jorge Paulo Lemann, hizo justamente eso en la década que lleva a cargo del fabricante de Budweiser. Diseñó un estilo de conducción enérgico y decidido que generó márgenes de ganancia superiores a los de la industria y recibió elogios de analistas de bebidas y decanos de facultades de administración de empresas por igual. Bajo su gestión, el retorno para los accionistas fue casi el doble que el de sus pares.
Ahora, Brito –un millonario que usa jeans para ir a trabajar, evita tener oficina y prefiere volar en clase económica- se ha embarcado en su jugada más importante, un acuerdo por 106 mil millones de dólares para comprar la cervecera británica SABMiller. La oferta del martes, la cuarta después de un mes de escaramuzas, obtuvo la aprobación del directorio de SABMiller, que había rechazado propuestas anteriores.
“Carlos Brito es uno de los negociadores más calculadores y esforzados que he tenido oportunidad de ver mientras obraba su magia en los negocios”, dijo por correo electrónico David “Bump” Williams, que dirige una consultora de la industria de las bebidas en Shelton, Connecticut. “Puede que no sea el tipo de persona con la cual uno iría a un partido de béisbol y compartiría una Budweiser pero, a la hora de hacer negocios, hay muy pocos que sean mejores que él”.
La movida, en parte, se vio impulsada por las presiones que siente el mismo Brito debido a que las ventas en mercados clave como los Estados Unidos y Brasil se están estancando. Las acciones de AB InBev cayeron 15 por ciento en los últimos seis meses. La fusión le daría a la empresa cervecera acceso a mercados de más rápido crecimiento en África, donde 65 millones de personas habrán llegado a la edad legal para beber en 2023.
Sin embargo, son los ejecutivos de SABMiller los que pronto experimentarán el estilo de alta presión que prefiere Brito. Pueden preguntarles a los gerentes de Anheuser-Busch de St. Louis… si es que encuentran alguno. Cuando InBev, la compañía de Brito, adquirió la famosa cervecera estadounidense en 2008, este despidió a unas mil 400 personas, alrededor del 6 por ciento de la plantilla estadounidense. Los recortes le dieron a Brito la oportunidad de designar a ejecutivos más jóvenes y ambiciosos que adhirieron a su cultura de tener poco personal y concentrarse en los resultados.
“Ese primer estrato de gerentes partió el primer día” una vez cerrado el trato, les dijo a los estudiantes. “Fue muy bueno porque entonces ascendimos a otras personas, que dijeron: ‘Ahora esta es mi empresa".
Carlos Brito, CEO of AB InBev, is considered one of the best negotiators in the sector and its management style is energetic and determined, believing that "if you want to get the best out of people, you have to press them all the time."
Carlos Brito said that the company he runs is like beer bottles sold in an important sense: Contents under pressure.
"If you want to get the best out of people, you have to press them all the time," said Brazilian head of Anheuser-Busch InBev to a classroom full of students at the Graduate School of Business Administration from Stanford in 2010.
Brito, who is 55 years old and is protected from businessman Jorge Paulo Lemann, did just that in the decade leading manufacturer by Budweiser. He designed a style of energetic and determined driving higher margins generated by the industry and received praise from analysts drinks and deans of business administration alike gain. Under his management, the shareholder return was nearly double that of their peers.
Now, Brito-a millionaire who wears jeans to go to work, avoids flying in office and economically preferred class has embarked on its biggest play, an agreement by 106 billion dollars to buy British brewer SABMiller. The offer on Tuesday, the fourth after a month of skirmishes, won board approval of SABMiller, which had rejected previous proposals.
"Carlos Brito is one of the most calculating and hard-working negotiators I've had a chance to see while was working his magic in business," said David Email "Bump" Williams, who runs a consulting firm in the beverage industry in Shelton, Connecticut. "It may not be the kind of person whom one would go to a ballgame and share a Budweiser, but when doing business, there are very few who are better than him."
The move, in part, was driven by the pressures he feels the same Brito because sales in key markets like the United States and Brazil are stagnating. AB InBev's shares fell 15 percent in the past six months. The merger would give the company access brewing fastest growing markets in Africa, where 65 million people have reached the legal drinking age in 2023.
However, SABMiller executives are those who will soon experience the high pressure style that prefers Brito. You can ask managers Anheuser-Busch of St. Louis ... if they find any. When InBev, Brito's company acquired the famous American beer in 2008, it laid off about 400 thousand people, about 6 percent of the US workforce. The cuts Brito gave the opportunity to appoint more young, ambitious executives who joined their culture to have few staff and focus on results.
"That first layer of managers started the first day" once the deal closed, he told the students. "It was great because then we climbed to others, who said: 'Now this is my business."
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